La bicicleta juega un papel importante en la movilidad urbana y como una herramienta para promover la salud pública. Pero, ¿qué tan real es esto? Un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Colorado quiso saber cuántas muertes prematuras se pueden evitar con el uso de este transporte.
El equipo se centró en 17 países, en concreto en poblaciones urbanas de América, Europa, África y Asia con personas entre 20 y 64 años. Se estimaron los riesgos de mortalidad y los beneficios de reemplazar los viajes en automóvil por bicicleta (ya sea bicicleta mecánica y bicicleta eléctrica).
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Los resultados son bastante alentadores: se podrían prevenir hasta 205.424 muertes prematuras cada año si las naciones analizada apoyaran un modelo de alto compromiso con el ciclismo urbano para el 2050. Solo en EE.UU., por ejemplo, se podrían llegar a prevenir 15.000 decesos.
El estudio, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, asegura que “si solo el 8% de los viajes en bicicleta reemplazan los viajes en automóvil en un escenario más conservador, se podrían prevenir 18,589 muertes prematuras en la misma población”.
“En todos los países y escenarios analizados, los beneficios de la actividad física superaron los riesgos de mortalidad relacionados con la inhalación de contaminación del aire y las muertes por accidentes de tránsito. Las futuras reducciones de la mortalidad prematura por el uso de bicicletas dependerán de las políticas de transporte y entorno edificadas actuales y futuras. La implementación de políticas urbanas ambiciosas que apoyen el uso de la bicicleta y la sustitución del automóvil por la bicicleta debe considerarse intervenciones de salud pública clave para un diseño urbano saludable“, concluye el estudio.
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