Así fue el primer concierto masivo en pandemia - (02:13)
Investigadores en Alemania podrían tener buenas noticias para los frustrados fanáticos de conciertos a lo largo del mundo, cuyas actividades se han visto constreñidas por la propagación de coronavirus.
El análisis de un concierto interior organizado por científicos en agosto, sugiere que el impacto de dicho tipo de eventos en la propagación del COVID-19 es “bajo a muy bajo”, siempre que los organizadores aseguren una ventilación adecuada, protocolos estrictos de higiene y una capacidad limitada.
“No hay ningún argumento para no organizar un concierto. El riesgo de infectarse es muy bajo”, aseguró Michael Gekle, parte de un equipo de la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg, quien condujo el estudio, a The New York Times.
El evento de prueba, uno de los primeros en examinar detenidamente cómo un virus se transmitiría en una multitud al interior de un recinto cerrado, fue visto por la industria del entretenimiento global, la cual se ha visto dañada por las restricciones que implican las cuarentenas, las que se han establecido en la mayoría de los países desde el comienzo de la pandemia.
Algunos expertos aseguraron sentirse escépticos con respecto a los resultados, asegurando que necesitan ser replicados y revisados, y que se necesita más información sobre cómo los investigadores alemanes modelaron su investigación.
Lee también: COVID-19: Nuevo estudio de la U. de Chile comprobó el contagio de humanos a animales
Gabriel Scally, presidente de epidemiología y salud pública de la Sociedad Real de Medicina (Inglaterra), aseguró que los hallazgos son potencialmente útiles, pero que podría ser difícil replicar las medidas de control que implementaron los científicos en su experimento en la vida real.
Para calibrar los contactos durante el concierto, que fue realizado en Leipzig, los voluntarios fueron testeados para el virus y recibieron chequeos de temperatura antes de entrar al local.
Se les entregó un desinfectante de manos a cada persona con un tinte fluorescente y un rastreador digital, para luego simular diferentes escenarios de distanciamiento social por 10 horas. Los investigadores incluyeron descansos para que los asistentes fueran al baño y para simular la compra de alimentos y bebidas.
Los participantes no respetaron la distancia en un escenario, en el segundo fueron parcialmente distanciados en una formación similar a un tablero de ajedrez y estrictamente distanciados en un tercero.
Investigadores también usaron una máquina de humo para observar el movimiento del aire al interior del recinto y calcularon la posibilidad de que las personas fueran expuestas a un gran número de gotas de aerosol.
Lee también: Fase 3 y reapertura de restaurantes en espacios abiertos: ¿Qué riesgos se corren al visitar los locales?
En un modelo, boquillas en el techo del recinto enviaron aire fresco hacia el piso. En otro, el aire fresco era succionado desde la arena hacia el techo, para que luego los propulsores fueran apagados.
Modelamientos matemáticos descubrieron que 10 veces más personas serían expuestas a aerosoles infecciosos en el segundo escenario en comparación con el primero, sugiriendo que la circulación regular de aire disminuía la densidad de virus en las gotas flotantes.
Los investigadores también aseguraron que el distanciamiento social disminuyó aun más la exposición hacia los aerosoles.
Si bien diferentes investigadores aseguran que los científicos alemanes no consideraron factores como el calor de las personas, los expertos ya hicieron una serie de recomendaciones para la fabricación de guías de seguridad para eventos en vivo, que incluyen la instalación de nuevas tecnologías de ventilación que regulen efectivamente los cambios de aire.
Otras de las sugerencias que realizaron fue que se realizaran pausas para que las personas coman y beban sentadas, hacer que el uso de mascarilla sea obligatorio e ingresar a los asistentes a través de múltiples entradas.
Deja tu comentario