Ya le dimos la despedida a este 2021, y ahora que comenzamos un nuevo año, uno en que aún la pandemia no nos ha abandonado es importante que para los que aún trabajamos en modalidad virtual o híbrida es importante conocer las red flags o alertas que podrían indicarnos si no estamos acercando a un burnout o “síndrome del trabajador quemado”, uno que las restricciones impuestas por dos años debido al COVID-19 han intensificado.
Si tus horas frente al computador han aumentado y ya comenzaste a asentir un agotamiento físico y mental, la percepción del tiempo en tu turno se ha prolongado, sientes que día a día está en un constante “loop”, esto significa que ya has llegado a un punto que tu agotamiento laboral o “burnout” ha llegado a un alto nivel.
Este síndrome fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud en 2019, además de entregar directrices sobre este estrés laboral extremo. Pero ¿cómo se produce?, ¿cómo se diagnostica? y ¿se puede superar?
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Para responder a estas preguntas, conversamos con la psicóloga Viviana Tartakowsky, Directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Bernardo O’Higgins, quien nos respondió estas preguntas y entrega una serie de tips y estrategias para poder identificar en qué estado nos encontramos y evitar llegar a este “achicharramiento” mental/laboral.
La académica Tartakowsky detalló que antes que nada hay que identificar si padecemos algunas de estas tres dimensiones, que indican si una persona padece burnout,:
- Agotamiento emocional: sentir que no se puede levantar, que no tiene fuerzas para seguir en el trabajo o continuar con la rutina laboral cotidiana.
- Pérdida del sentido de lo que haces: Sientes que no hay un interés o motivación como el que tenías hace un tiempo atrás en relación a desarrollar tu desempeño laboral.
- Despersonalización: Desarrollas poca empatía o frialdad, que provoca que pierdas el punto de vista que estás ofreciendo un servicio para otro. Es como decir, ah otro día trabajando, me da lo mismo.
“El burnout ha estado muy presente ya que llevamos dos años de pandemia. Entonces podríamos decir que si a la fatiga pandémica le sumas que estás desarrollando la misma actividad laboral durante estos dos años, por supuesto que estamos muchos más proclives a padecer burnout“, indicó la experta.
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¿Cómo podemos identificar si vamos en camino a un síndrome del trabajador quemado?
Tartakowsky detalla que si sentimos alguna de aquellas dimensiones y no hemos acudido a un psicólogo o psiquiatra para corroborarlos, también uno puede tomar de manera online el test de Maslach, uno que mediante una serie de preguntas nos especifica en qué etapa nos encontramos.
Si tus resultados te dejaron preocupado, o no quieres llegar a este nivel de agotamiento laboral extremo, estas recomiendas puedes tomar:
Establecer rutinas de autocuidado
Debes realizar una variedad de actividades que te saquen de tu rutina laboral, la idea es darte un espacio para hacer las cosas que te gustan hacer, las cuales pueden ser en distintos niveles, ya sea individual, familiar o social: por ejemplo, preguntarse que te hace bien, que te destreza, ya sea bailar, salir a trotar, comer saludable, juntarse con amigos, ver películas, entre otras actividades.
Si optas por una rutina familiar, puede ser todos los días en la once o cena, conversar sobre cómo se sienten o ponerse de acuerdo quien va a dejar a los niños, quien hará las compras en el supermercado o lavar la loza.
A nivel social, es necesario conectarse con tus redes de apoyo externos, ser lo más honestos con ellos sobre lo que te ocurre en el trabajo. Asimismo, en lo laboral, si te piden realizar algo con una alta exigencia, saber decir que no.
Asimismo, es de vital importancia poder determinar mis horas de trabajo,“hay que evitar que las personas trabajen más de las 8 horas delimitadas”, indicó. Aquí lo clave para la experta es que como trabajador se debe comunicar a las jefaturas si no te encuentras bien, detallar si tu rendimiento ya no es el mismo.
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¿Estoy iniciando un burnout?
Si identificas que te está costando levantarte en las mañanas o ya no tienes las mismas ganas de ir a la pega, deberías conversarlo de forma presencial con alguien de tu confianza, ya sea con un miembro familiar o alguien de tu red de apoyo, con la finalidad de esa persona te sugiera cambiar ciertos aspectos de tu rutina para poder estar mejor. Si el consejo de tu amigo, familiar, pareja no te ayuda, seguimos el número 3.
Tomar conciencia de que tan mal estas
Es distinto percibir las primeras señales a cuando la gente ya te empieza a decir que si algo te pasó, cambiaste o te encuentras más irritable. Aquí hay que estar atento a que nos comenta nuestro entorno más cercano y si estamos con problemas graves de insomnio, de no querer ir a trabajar, si no hay nada que te de goce o placer o ganas en tu trabajo, “yo ahí recurriría a ayuda profesional. Si siento que estoy casi llegando a Burnout, mejor buscar ayuda profesional”, indicó.
Buscar la motivación laboral
Como estamos todos con la fatiga pandémica, es de vital importancia hacer una identificación de aquellas cosas que te siguen conectando con tu vocación, ya sea comenzar por algo pequeño sí provocará un cambio en su estado anímico y cómo percibes el ir a trabajar. “Buscar aquellas cosas que aun te motiva a pesar de estar desmotivado, a menos que ya estés recurriendo a ayuda profesional y te siguieran hacer unas cosa más específicas”, detalló.
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Bajar las expectativas
Saber que estamos en dos años de pandemia, ya con fatiga pandémica y con problemas de salud mental a nivel mundial producto de los confinamientos, no estamos rindiendo lo mismo que en una época prepandémica. Mientras más días pasen y sigamos en la pandemia, más cansados vamos a estar y es muy probable que rindamos menos.
“Ojalá poder comunicarlo también a sus jefaturas directas, hablar de estos temas, porque por lo general la gente tiende a pensar que los despedirán si es que dice “estoy cansado”, no puedo rendir lo mismo de antes. Es importante y falta sensibilización”, detalló Tartakowsky.
Rol de la mujer en pandemia
Algo bastante importante que la pandemia por COVID-19 no ha enseñado, es la necesidad de preocuparnos por nuestra salud mental, una que para los adultos ha agravado el estrés endémico y especialmente en las mujeres trabajadores el burnout también ha afectado.
Son varios los estudios que han manifestado como esta pandemia ha intensificado este sentimiento, puesto que deben las mujeres cumplir el rol de dueña de casa, crianza de los hijos y cumplir con las responsabilidades laborales.
“Totalmente, eso es peor ahora porque lo que se vio en la pandemia es que las mujeres en los periodos de confinamiento estuvimos en el triple rol. Las mujeres históricamente han tenido más burnout que los hombres, porque yo creo que eso es parte del machismo y se intensificó más en la pandemia por el triple rol”, agregó.
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