La elección de comida saludable en un supermercado tiene relación con cómo está diseñado

Que las personas se animen en base a una dieta poco saludable pone en un gran riesgo su salud, ya que aumenta las posibilidades de padecer enfermedades como diabetes, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y cáncer, según lo informado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pese a los llamados de las agencias de salud mundiales a que la población disminuya el consumo de alimentos ultraprocesados y opte por agregar a su dieta más verduras y frutas, una nueva investigación detalla que los supermercados tienen un papel importante en este cambio.

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En Chile se ha implementado la Ley de Etiquetados, donde se informa los contenidos de los productos a las personas con los ya conocidos stickers de Alto en sodio, Alto en calorías, Alto en grasas saturadas y Alto en azúcares.

Si aplicamos el nuevo estudio desarrollado por el Centro de Epidemiología MRC Life Course de la Universidad de Southampton, en Inglaterra, y publicado en PLOS ONE podríamos pensar que los sellos aplicados en nuestro país no lograrían provocar un gran cambio en el consumo de las personas.

El equipo británico detalla que más allá de la variedad que presentan los supermercados, para que las personas realmente opten por alimentos más saludables, deben rediseñarse sus estantes.

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Luego de analizar los patrones de compras de personas que asistían al supermercado británico Iceland Foods Ltd., descubrieron que si al final de cada pasillo y en los estantes que se encuentran al lado de las cajas, se cambian los dulces y productos no saludables por frutas, verduras y agua, su compra aumenta significativamente.

“Los hallazgos de nuestro estudio sugieren que una distribución más saludable de las tiendas podría llevar a casi 10.000 porciones adicionales de frutas y verduras y aproximadamente 1.500 porciones menos de confitería se venden semanalmente en cada tienda”, detalló la Dra. Christina Vogel, investigadora principal.

Alterar la distribución de los productos en los supermercados ayudaría a los gobiernos a presentar nuevas propuestas dietéticas con el objetivo de modificar la alimentación de las personas.