La música, lejos de ser solo un acompañamiento sonoro, emerge como una poderosa aliada en nuestra vida cotidiana, especialmente cuando buscamos potenciar nuestra productividad cognitiva.
Investigaciones recientes lideradas por expertos de la Universidad de Houston y la Universidad de Nueva York han arrojado luz sobre cómo ciertos tipos de música pueden modular nuestra excitación y mejorar nuestro rendimiento en tareas cognitivas específicas.
El estudio, publicado en la Revista Abierta de Ingeniería en Medicina y Biología del IEEE, se inspiró en la ley de Yerkes-Dodson, que postula una relación en forma “de herradura” entre la excitación y el rendimiento cognitivo. Esto sugiere que un nivel moderado de excitación es óptimo para un rendimiento máximo, mientras que niveles extremadamente bajos o altos pueden perjudicar nuestra capacidad para realizar tareas cognitivas.
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Lo fascinante de esta investigación radica en que los participantes pudieron seleccionar la música que consideraban calmante o emocionante, reflejando diferentes niveles de excitación. Utilizando datos fisiológicos y señales de comportamiento, los investigadores analizaron cómo la música influía en la excitación y el rendimiento durante las tareas cognitivas.
Los resultados fueron claros y contundentes: la música emocionante demostró mejorar el rendimiento cognitivo en general, respaldando la idea de que la música puede ser una herramienta efectiva para modular la excitación y, por ende, el rendimiento.
Esto sugiere que la música personalizada puede ser una estrategia potencialmente efectiva para ajustar la excitación a niveles óptimos, con implicaciones significativas en el diseño de intervenciones para mejorar el rendimiento cognitivo y emocional en diversas situaciones de la vida real.
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¿Cómo la música puede afectarnos?
Pero, ¿cómo exactamente la música afecta nuestro estado de ánimo y nuestra productividad? La respuesta yace en la complejidad de nuestro cerebro y su relación con la música. Según Alejandro Amon, CEO de la marca especializada en sonido Blik, la música trabaja en estrecha conexión con nuestras funciones ejecutivas, como la memoria, la concentración y la atención.
“La música afecta a las personas de manera emocional y fisiológica, aprovechando la capacidad del cuerpo humano para resonar con las ondas sonoras debido a su alta composición de agua. Este fenómeno no solo mejora nuestro estado de ánimo y bienestar, sino que también tiene aplicaciones terapéuticas, demostrando el poderoso vínculo entre la música y el cuerpo humano”, finaliza Lalo Iensen, productor musical, CEO y Fundador de Divisi.
Cuidados Médicos para tu Salud Auditiva
Según Examedi, “para proteger tu salud auditiva, es esencial elegir audífonos de buena calidad, preferiblemente certificados por organismos competentes, y ser consciente de los niveles de volumen y la duración del uso”.
“Aunque los audífonos ofrecen muchas comodidades y beneficios, es crucial elegir dispositivos de calidad y usarlos de manera responsable para proteger tu salud auditiva. Siguiendo estas recomendaciones, puedes disfrutar de tus dispositivos sin comprometer tu audición”, agregan los expertos.
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