En el marco del Congreso Futuro 2024, el científico especializado en ingredientes y experto en sistema coloidal en el Nestlé Research Center, Armand Roucher, presentó avances innovadores en el campo de las proteínas alternativas de origen no animal, destacando su potencial para revolucionar la industria alimentaria y abordar los desafíos globales relacionados con la producción de alimentos.
Durante su presentación llamada “Proteínas alternativas: superando desafíos y aprovechando oportunidades futuras”, puso hincapié en la creciente demanda de alimentos en un mundo con una población en constante crecimiento. Según las Naciones Unidas, el mundo tendrá 9,7 mil millones de personas para el año 2050.
En ese escenario, las proteínas alternativas pueden ofrecer una solución eficiente y respetuosa con el medio ambiente, así como reducir la dependencia de fuentes de proteínas convencionales como la carne, una misión en la que Nestlé R&D Latam –el centro de investigación y desarrollo inaugurado por la compañía en Chile en 2022– busca ser un actor clave.
“Hacia el futuro podemos llenar nuestros platos con proteínas que sean buenas para nosotros y el medioambiente”, aseguró Armand Roucher.
En particular, el científico presentó casos de estudio que demostraban la viabilidad de utilizar tecnologías avanzadas para producir proteínas de alta calidad de manera sostenible. Estos enfoques podrían no solo mejorar la seguridad alimentaria, sino también mitigar los impactos ambientales asociados con la agricultura convencional.
Algas chilenas: una gema escondida
Un aspecto importante durante su presentación fue cuando el científico compartió los avances de investigaciones que exploran fuentes de proteínas no tradicionales.
De esta manera, Nestlé es parte de una misión internacional, liderada por los países bajos en Chile, para avanzar en esta línea. “Tenemos una gema escondida, no muy explotada y que se ha mantenido poco visible hasta el momento, que son las algas marinas”, aseguró. La iniciativa “Chile Sustainably Produced Seaweed” –o “algas chilenas producidas de manera sustentable”– busca abordar los desafíos globales aprovechando el potencial de este tipo de organismo.
Los hallazgos presentados resaltan el alto contenido de proteínas, aminoácidos, antioxidantes, vitaminas y minerales en las algas marinas. Además, destacan la capacidad de este ingrediente para contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo de agua y uso de la tierra, en comparación con fuentes de proteínas convencionales.
Chile, con sus extensas costas y ecosistema propicio, se presenta como un actor clave en esta investigación, ya que la diversidad de las algas y microalgas en el sur del país ofrece fuentes renovables de proteínas con beneficios medioambientales, nutricionales y económicos.
Aunque Chile representa sólo el 1% de la producción global de algas, es el sexto productor y exportador del mundo, superando a Europa y Norteamérica. Esto se explica por sus más de 6 mil kilómetros de costa, sin contar fiordos y partes internas.
“Mientras que en Asia y el resto del mundo, el 96% de las algas son cultivadas mediante acuicultura, en Chile ocurre todo lo contrario: el 95% proviene de reservas naturales. Esto podría generar una gran presión en el ecosistema, por lo que se requieren regulaciones para establecer un sistema de cosecha más sustentable”, explicó.
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