El compuesto psicodélico encontrado en los hongos mágicos no solo proporciona un viaje de un día; puede influir en el cerebro durante semanas, según han descubierto investigadores. Un estudio reciente publicado en Nature ha demostrado que la psilocibina, el ingrediente activo de estos hongos, puede distorsionar la percepción del espacio, el tiempo y el yo durante un viaje, y también arroja luz sobre cómo podría ayudar en el tratamiento de la depresión severa.
“Podría ayudar a determinar si una nueva droga está alcanzando los objetivos correctos y a decidir cuál es la dosis óptima”, afirmó el Dr. Joshua Siegel, coautor del estudio y miembro de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, en conversación con The Guardian. Esta investigación también podría beneficiar a las compañías que prueban nuevos psicodélicos y drogas similares, pero no alucinógenas.
El equipo de Siegel llevó a cabo un ensayo controlado aleatorizado con siete participantes sanos, quienes aceptaron tomar psilocibina. “Era un requisito que hubieran tomado un psicodélico en algún momento de su vida”, explicó Siegel, ya que los participantes tomaban una dosis alta, equivalente a 5 gramos de hongos mágicos, mientras se sometían a escáneres de resonancia magnética.
A los participantes se les asignó aleatoriamente una dosis de 25 mg de psilocibina o 40 mg de metilfenidato, conocido genéricamente como Ritalin, pero no sabían cuál habían recibido. Posteriormente, se les administró la otra droga una o dos semanas después. Durante el estudio, los participantes realizaron un promedio de 18 visitas para resonancias magnéticas.
Los resultados revelaron que la psilocibina, a diferencia del metilfenidato, causaba una pérdida de sincronía en la red de modo predeterminado, un conjunto de regiones cerebrales activas cuando la mente divaga. Esta red está involucrada en la creación del sentido del yo y la percepción del espacio y el tiempo.
Aunque los escáneres cerebrales de los participantes volvieron en gran medida a la normalidad el día después de tomar psilocibina, Siegel señaló que una reducción en la comunicación entre la red de modo predeterminado y el hipocampo anterior, una parte del cerebro crítica para la memoria y las percepciones del espacio y el tiempo, duró tres semanas.
El hallazgo puede ayudar a explicar los informes de un aumento en la flexibilidad en cómo las personas se ven a sí mismas y su relación con su entorno después de tomar psilocibina, lo que subyace a las intervenciones basadas en psicodélicos para condiciones como la depresión resistente al tratamiento.
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