Analizando los datos del histórico ensayo ASPREE, investigadores de la Universidad de Monash, en Australia, han descubierto que el consumo de aspirina en dosis bajas por parte de adultos mayores sanos contribuye al aumento del riesgo de padecer anemia.
La revisión de los datos indica que el uso diario y prolongado de aspirina, efectivamente aumenta el riesgo de desarrollar anemia en un 20% en personas mayores de 70 años.
La traducción de los datos es el seguimiento realizado a 19.114 adultos mayores -inicialmente sanos- en Australia y Estados Unidos durante 4,7 años.
El equipo detalló que además de un mayor riesgo de anemia, los análisis de sangre mostraron una rápida disminución de la hemoglobina y los niveles de ferritina -proteína que transporta hierro-.
La investigación fue publicada en la revista Annals of Internal Medicine.
La profesora asociada y coautora del estudio, Zoe McQuilten, hizo un llamado a los pacientes antes de cancelar el uso de la aspirina: “No deben cambiar su régimen sin hablar con su médico de cabecera”, especialmente si el paciente lo está consumiendo para prevenir ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares recurrentes.
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