Plasma de sangre de pacientes recuperados derrota al coronavirus - (02:54)
Las personas con sangre de tipo O podrían ser menos vulnerables al COVID-19, teniendo una menor probabilidad de enfermarse gravemente, según dos estudios publicados el miércoles. Sin embargo, expertos aseguran que se necesita profundizar más en los hallazgos.
Las investigaciones proporcionan más evidencia de que el tipo de sangre (también conocido como grupo sanguíneo) puede influir en la susceptibilidad de una persona a las infecciones y su probabilidad de tener un episodio severo de la enfermedad. Las razones de este vínculo no están claras y se necesita más investigación para decir qué implicaciones, si las hay, tiene para los pacientes.
Los estudios se suman a la creciente evidencia
Un estudio danés encontró que entre 7,422 personas que dieron positivo en la prueba de COVID-19, solo el 38,4% eran del tipo de sangre O, aunque, entre un grupo de 2,2 millones de personas que no se hicieron la prueba, ese tipo de sangre constituía el 41,7% de la población.
Por el contrario, el 44,4% del grupo A dio positivo, mientras que en la población danesa en general ese tipo de sangre representa el 42,4%.
En el otro estudio, investigadores en Canadá encontraron que entre 95 pacientes críticamente enfermos con COVID-19, una proporción más alta con tipo de sangre A o AB (84%) requirió ventilación mecánica en comparación con los pacientes con grupo sanguíneo O o B, que fue 61%.
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El estudio canadiense también encontró que aquellos con tipo de sangre A o AB tuvieron una estadía más prolongada en la unidad de cuidados intensivos, una mediana de 13,5 días, en comparación con aquellos con grupo sanguíneo O o B, que tuvieron una mediana de nueve días.
“Como médico (…) está en el fondo de mi mente cuando miro a los pacientes y los estratifico. Pero en términos de un marcador definitivo, necesitamos hallazgos repetidos en muchas jurisdicciones que muestren lo mismo”, dijo el Dr. Mypinder Sekhon, médico de cuidados intensivos del Hospital General de Vancouver y autor del estudio canadiense.
“No creo que esto sustituya a otros factores de riesgo de gravedad como la edad y las comorbilidades, etc.”, agregó Sekhon, quien también es profesor asistente clínico en la División de Medicina de Cuidados Críticos y el Departamento de Medicina de la Universidad de British Columbia.
“Si uno es del grupo sanguíneo A, no es necesario que entre en pánico. Y si es del grupo sanguíneo O, no es libre de ir a los pubs y bares”.
No hay necesidad de preocuparse
La mayoría de los seres humanos pertenecen a uno de los cuatro grupos sanguíneos: A, B, AB u O. En los Estados Unidos, los grupos sanguíneos más comunes son O y A.
Hace muy poca diferencia en la vida diaria de la mayoría de las personas a menos que tenga que recibir una transfusión de sangre. La gente tampoco debería preocuparse indebidamente por el vínculo entre el tipo de sangre y COVID-19, dijo el Dr. Torben Barington, autor principal del artículo danés y profesor clínico en el Hospital Universitario de Odense y la Universidad del Sur de Dinamarca.
“No sabemos si esto es algún tipo de protección del grupo O, o si es algún tipo de vulnerabilidad en los otros grupos sanguíneos”, agregó.
“Creo que esto tiene interés científico, y cuando descubramos cuál es el mecanismo, tal vez podamos usarlo de manera proactiva de alguna manera con respecto al tratamiento”.
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En el estudio danés, los investigadores analizaron datos sobre individuos daneses que fueron evaluados entre el 27 de febrero y el 30 de julio, y la distribución de los tipos de sangre entre esas personas se comparó con datos de personas que no habían sido analizadas. Descubrieron que el grupo sanguíneo no era un factor de riesgo de hospitalización o muerte por COVID-19.
Ambos estudios se publicaron en la revista Blood Advances.
Si bien existen varias teorías, los investigadores aún no saben qué mecanismo podría explicar el vínculo entre los diferentes grupos sanguíneos y COVID-19.
Sekhon dijo que podría explicarse porque las personas con tipo de sangre O tienen menos factor de coagulación clave, lo que las hace menos propensas a problemas de coagulación en la sangre. La coagulación ha sido un factor importante en la gravedad de SARS-CoV-2.
Otras posibles explicaciones involucran a los antígenos de los grupos sanguíneos y cómo afectan la producción de anticuerpos que combaten infecciones. O podría estar relacionado con genes asociados con los tipos de sangre y su efecto sobre los receptores del sistema inmunológico.
“Es una observación científica repetida e interesante que realmente justifica un mayor trabajo mecanicista”, apuntó.
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‘Importante pregunta de investigación’
Los hallazgos de los dos nuevos estudios proporcionan “evidencia más convergente de que el tipo de sangre puede desempeñar un papel en la susceptibilidad de una persona a la infección por COVID y su probabilidad de tener un episodio severo provocado por el virus”, dijo el Dr. Amesh Adalja, investigador principal del Centro de Seguridad Sanitaria de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, que no participó en ninguno de los estudios.
Otra investigación, publicada en The New England Journal of Medicine en junio, encontró datos genéticos en algunos pacientes con COVID-19 y personas sanas que sugieren que aquellos con sangre tipo A tenían un mayor riesgo de infectarse, y aquellos con sangre tipo O estaban en un riesgo menor.
Ese estudio genético anterior, junto con los dos nuevos estudios en Blood Advances, “sugieren que este es un fenómeno real que estamos viendo”, dijo Adalja, cuyo trabajo se centra en las enfermedades infecciosas emergentes.
“Si bien no estamos del todo en el punto en que esto es férreo, es claramente sugerente y no hemos visto nada inconsistente con esto. El mismo patrón ha estado surgiendo con el tipo de sangre O que tiende a ser el que se destaca”, agregó el experto.
Adalja afirmó que los tipos de sangre y su susceptibilidad a diversas infecciones se han estudiado anteriormente en la literatura médica. Por ejemplo, la investigación sugiere que las personas con tipo de sangre O parecen ser más susceptibles a la infección por norovirus.
En cuanto al nuevo coronavirus que causa el Covid-19, “Necesitamos descubrir el mecanismo y comprenderlo a nivel molecular para poder decir con certeza cómo está ocurriendo esto”, apuntó Adalja.
“Estamos empezando a ver lo suficiente pero creo que hay una pregunta de investigación importante que responder. Hay más ciencia por hacer aquí, pero me parece que hay más evidencia acumulada para esta hipótesis”, concluyó.
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