Luego de miles de años de cuidadosos cortes y disecciones, podría parecer que los científicos ya identificaron toda la anatomía humana; unas cuantas docenas de órganos, unos cientos de huesos y el tejido que lo conecta todo.
Pero a pesar de siglos de escrutinio, el cuerpo sigue siendo capaz de sorprender a los expertos.
Un equipo de investigadores de Países Bajos descubrió lo que podría ser un grupo de órganos no identificados: un par de grandes glándulas salivales, acechando en el rincón donde la cavidad nasal se encuentra con la garganta.
Si el hallazgo es confirmado, esta fuente de saliva podría marcar la identificación de su tipo en más de 3 siglos.
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Todos los libros de anatomía moderna expondrán 3 grandes tipos de glándulas salivales: unas cerca de las orejas, otras bajo la mandíbula y otras bajo la lengua. “Ahora creemos que hay un cuarto tipo”, aseguró Matthijs Valstar, cirujano del Instituto del Cáncer de Países Bajos y principal autor del estudio publicado en Radiotherapy and Oncology a The New York Times.
El estudio fue pequeño, y examinó a una población limitada de pacientes, según asegurño Valerie Fitzhugh, patóloga de la Universidad de Rutgers. Pero “parece que podrían haber descubierto algo. Si es real, podría cambiar la forma en que buscamos enfermedades en esta región”, agregó la experta.
Incluso sin una aplicación terapéutica directa, según explica Yvonne Mowery, oncólogo de radiación en la Universidad de Duke, “es bastante sorprendente que descubramos órganos del cuerpo humano en 2020”.
Valstar y sus colegas, quienes normalmente estudian información de personas con cáncer de próstata, nunca esperaron transformarse en cazadores de glándulas salivales. Pero las estructuras corporales son importantes para el área de investigación de los oncólogos.
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Este tipo de glándulas facilitan la lubricación de la boca, facilitando el hablo y tragar. Además, carga los deliciosos químicos de la comida a las células microscópicas que las identifican.
Incluso cuenta con poderes curativos, eliminando gérmenes y acelerando el proceso de curación de las heridas.
Todavía no está completamente claro cómo las glándulas eludieron a los anatomistas por tanto tiempo. Según afirman los expertos, este nuevo descubrimiento se encontraría en un área de difícil acceso. Aún así, falta evidencia para corroborar la existencia del órgano.
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