A causa de las medidas de confinamiento para prevenir el avance del COVID-19 las personas alrededor del mundo han debido recurrir a diversas aplicaciones de videollamadas, tales como Zoom o Skype, para conectarse con el trabajo, además de los amigos y familiares.
Un nuevo estudio publicado en la revista Facial Plastic Surgery & Aesthetic Medicine reveló que el aumento de la comunicación por estas plataformas estaría afectando la manera en que las personas se ven así mismas, causando la llamada dismorfia corporal o en este caso una “dismorfia de Zoom”.
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Estos cambios en la percepción de la imagen llevarían a las personas a obsesionarse con ella y a realizar trasformaciones estéticas. En la nueva investigación, los autores manifestaron que ha existido un aumento “en los pacientes que citan su aparición en Zoom como una razón para buscar atención”.
Asimismo, sostienen que antes los pacientes usaban las selfies y una serie de aplicaciones de edición fotográfica para “crear versiones filtradas de sí mismos”. Sin embargo, y a diferencia de estas, “Zoom muestra una versión sin editar de uno mismo en movimiento, una auto-representación a la que muy pocas personas están acostumbradas a ver a diario”, detalló la autora del artículo y dermatóloga Arianne Shadi Koroush del Hospital General de Massachusetts.
Por otro lado, los expertos señalaron que las videollamadas y las cámaras pueden distorsionar la apariencia de las personas en comparación a cómo se ven realmente. “Es importante que los pacientes reconozcan las limitaciones de las cámaras web y comprendan que, en el mejor de los casos, son una representación defectuosa de la realidad”, enfatizó el estudio.
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La inseguridad respecto a la apariencia se encuentra fuertemente vinculada con trastornos como la ansiedad y la depresión, condiciones que han aumentado y agravado a causa del encierro. Por ende, se produciría un ciclo de insatisfacción personal, sumada al “deseo de buscar procedimientos cosméticos”.
“Una vida gastada desproporcionadamente en Zoom puede desencadenar una respuesta comparativa autocrítica que lleve a las personas a acudir a sus médicos para tratamientos que tal vez no hayan considerado previo a los meses que llevan frente a una pantalla de video”, concluyó Arianne Shadi Koroush.
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