Cada 12 de mayo, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Fibromialgia y del Síndrome de la Fatiga Crónica, en honor a Florence Nightingale, una enfermera cuya propia batalla con una enfermedad crónica y debilitante inspiró esta fecha. Nightingale, conocida como la “dama de la lámpara” por su trabajo pionero en la enfermería, pasó 50 años postrada en la cama debido a esta enfermedad, que afecta a millones en todo el mundo.
La fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica son enfermedades complejas y debilitantes, según reporta la Junta de Castilla y León, caracterizadas por una serie de síntomas múltiples que incluyen dolor crónico generalizado, fatiga extrema, trastornos del sueño, problemas cognitivos y cambios en el estado de ánimo.
Estas condiciones están relacionadas con un mal funcionamiento de los sistemas nervioso, inmunológico y endocrino.
Aunque no existe una cura definitiva para la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, el objetivo del tratamiento es mejorar el dolor y los síntomas asociados para lograr una mejor calidad de vida para los pacientes.
Es crucial que el tratamiento sea adaptado a cada paciente, individualizado y multidisciplinar, combinando medicamentos con terapias no farmacológicas. Estudios clínicos han demostrado que la combinación de tratamientos farmacológicos con ejercicio físico aeróbico y terapias psicológicas es la forma más efectiva de abordar estas enfermedades.
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