La desigualdad de género también puede afectar la estructura del cerebro en las mujeres, según estudio chileno

¿Existen otras consecuencias de la desigualdad de género que no conocemos? La ciencia ha querido ir más allá e investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) desarrollaron un análisis que reveló que los cerebros de hombres y mujeres muestran diferencias en el grosor de su corteza en países donde hay un mayor índice de este fenómeno.

La desigualdad de género -entendida como un fenómeno social que limita la vida laboral y privada de mujeres-, se asocia con una “peor salud mental y un peor rendimiento académico” en la población femenina, según la investigación que indagó la relación de este problema y la estructura cerebral de 7.876 resonancias magnéticas de mujeres y hombres sanos de 29 países.

“Los resultados muestran que la desigualdad de género a nivel de país está relacionada con las diferencias cerebrales estructurales promedio entre mujeres y hombres en grosor cortical. El efecto observado fue global, significativo en el espesor cortical del hemisferio derecho”, se lee en el estudio publicado en la revista PNAS.

Los efectos de la desigualdad de género

Gender inequality can harm the brain: in countries with high levels of gender inequality, women have thinner cerebral cortexes than men on average—a difference not seen in more egalitarian countries. In PNAS: https://t.co/bTYP78MeDN pic.twitter.com/d6R3OSh6JH

— PNASNews (@PNASNews) May 11, 2023

Según los investigadores, el cerebro puede formarse a través de “experiencias socioambientales adversas y de crianza”. Por ello la “exposición desigual a condiciones más duras para las mujeres en comparación con los hombres” podría reflejarse en diferencias en la estructura cerebral.

Es decir, esto podría ser el mecanismo neuronal que explica en parte los peores resultados de las mujeres en países con este problema. Los especialistas encontraron diferencias en el espesor cortical del hemisferio derecho, especialmente en regiones límbicas relacionadas con varios aspectos del control emocional, como “la resiliencia ante la adversidad, las respuestas a la inequidad o las comparaciones sociales negativas”.

Para Nicolás Crossley,académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile y coautor del trabajo, las diferencias “pueden cambiar por el ambiente social.Estos resultados no son necesarios para defender que la desigualdad de género está mal. En todas las legislaciones, cuando hay un acto de violencia, si ese acto está asociado a cambios visuales y significativos en el otro, la gravedad de la violencia se considera mayor. demostramos que existe un daño real producto de la inequidad de género”.

“La desigualdad de género afecta profundamente a la sociedad al crear un entorno que perjudica significativamente a las mujeres, que sufren discriminación en muchos ámbitos, incluso en la educación, el lugar de trabajo y los cargos públicos, y se ven afectadas de manera desproporcionada por el trabajo de cuidados no remunerado (…).  Las mujeres que viven en países con altos niveles de desigualdad de género experimentan muchos de estos mismos factores que están vinculados en investigaciones anteriores a la estructura del cerebro”, sostienen los investigadores.

Mujeres y hombres de Australia, China, Estados Unidos, Sudáfrica, Argentina, Brasil y Chile participaron del análisis. El equipo usó una métrica de desigualdad de género con las mediciones: el Índice de Brecha de Género y el Índice de Desigualdad de Género.