En Chile, la proliferación temprana de celulares entre los niños y adolescentes ha generado preocupaciones sobre su impacto en el entorno educativo. Con el 58% de los jóvenes obteniendo su primer dispositivo con acceso a internet antes de los 10 años, surge el debate sobre cómo manejar su presencia en las aulas.
Según estudios, cada vez que un estudiante recibe una notificación en clase, tarda unos veinte minutos en recuperar su atención. Esta interrupción constante dificulta el proceso de aprendizaje y ha llevado a considerar la idea de prohibir los celulares en las escuelas.
A nivel internacional, algunos países han tomado medidas al respecto. Francia lideró en Europa en 2018, seguido de Finlandia, Suecia, Grecia e Italia, que han dejado la decisión en manos de los profesores. Recientemente, Países Bajos y Nueva Zelanda también se han sumado a esta tendencia. En Chile, un proyecto de ley similar está en discusión.
Los efectos de las pantallas en los más jóvenes son objeto de preocupación. Según informes de PISA, más del 50% de los estudiantes se distraen utilizando dispositivos digitales. Expertos sugieren que la prohibición de las pantallas puede ser una solución viable.
Sin embargo, regular el uso de celulares en las aulas plantea desafíos significativos. ¿Cómo pueden los profesores controlar eficazmente su uso? La colaboración entre la escuela y la familia es crucial para abordar este problema de manera efectiva.
Aunque la legislación al respecto aún está pendiente en Chile, algunos establecimientos educativos han comenzado a implementar políticas restrictivas. Sin embargo, con la omnipresencia de las pantallas, especialmente a raíz de la pandemia, el desafío persiste. Mira más en el video.
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