(CNN) – Calles vacías, centros comerciales desiertos y residentes que se mantienen alejados unos de otros son la nueva normalidad en Beijing, pero no porque la ciudad, como muchas otras chinas antes que ella, esté bajo un bloqueo por las restricciones de la política de “Cero COVID”.
Esta vez se debe a que Beijing se ha visto afectada por un brote importante que se extiende, el primero que se produce en la capital china desde el comienzo de la pandemia, una semana después de que los dirigentes suavizaran la restrictiva política de “Cero COVID” del país.
El impacto del brote en la ciudad fue visible este martes en el lujoso distrito comercial de Sanlitun. Allí, las tiendas y restaurantes, habitualmente bulliciosos, se quedaron sin clientes y, en algunos casos, funcionaron con muy poco personal o solo ofrecían comida para llevar.
Escenas similares ocurren en todo Beijing, donde oficinas, comercios y comunidades residenciales informan de la falta de personal o de cambios en la organización del trabajo a medida que los empleados enferman a causa del virus. Mientras tanto, otros se quedan en casa para evitar infectarse.
Una trabajadora de una comunidad dijo a CNN que 21 de los 24 trabajadores de la oficina de su comité vecinal de Beijing, encargada de coordinar los asuntos y actividades residenciales, se habían enfermado en los últimos días.
Beijing se ha visto afectada por un brote importante que se extiende, el primero que se produce en la capital china desde el comienzo de la pandemia, una semana después de que los dirigentes suavizaran la restrictiva política de “cero covid” del paíshttps://t.co/niKurQaH41
— CNN en Español (@CNNEE) December 15, 2022
“Como nuestros superiores están infectados en su mayoría, no nos dan mucho trabajo”, dijo la empleada, Sylvia Sun.
“(Los habituales) actos, conferencias, actuaciones, actividades para padres e hijos definitivamente no se celebrarán”.
Beijing, que antes de las nuevas normas ya estaba sufriendo un brote a pequeña escala, se encuentra ahora en primera línea de una nueva realidad para China: desde los primeros días de la pandemia en Wuhan, las ciudades chinas no se habían enfrentado a un brote sin que se aplicaran fuertes medidas de control.
Pero para un lugar que hasta principios de este mes seguía asiduamente todos los casos, ahora no hay datos claros sobre el alcance de la propagación del virus.
Las nuevas normas de COVID de China han aligerado significativamente los requisitos de pruebas que antes dominaban la vida cotidiana, y los residentes han pasado a utilizar pruebas de antígenos en casa, cuando están disponibles, lo que hace que las cifras oficiales no sean fiables.
“Imposible de calcular”
Este miércoles, la Comisión Nacional de Salud de China (NHC, por sus siglas en inglés) renunció a seguir la pista de todos los nuevos casos de COVID, anunciando que ya no incluiría las infecciones asintomáticas en su recuento diario.
Anteriormente había informado de estos casos, aunque en una categoría separada de los “confirmados” o sintomáticos.
“Es imposible calcular con exactitud el número real de infecciones asintomáticas”, declaró el NHC en un comunicado, citando los reducidos niveles de pruebas oficiales.
Las autoridades informaron este miércoles por la mañana de 2.249 casos sintomáticos de COVID en todo el país durante el día anterior, el 20% de los cuales se detectaron en la capital.
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Se cree que estas cifras también se han visto afectadas por la reducción de las pruebas. Los informes de CNN desde Beijing indican que el número total de casos en la capital china podría ser varias veces superior al registrado.
En un mensaje publicado en Twitter, el abogado James Zimmerman, con sede en Beijing y expresidente de la Cámara de Comercio Estadounidense en China, afirmó que alrededor del 90% de los empleados de su oficina tiene COVID, frente a la mitad de hace unos días.
“Nuestra política de ‘trabajar en casa’ es ahora ‘trabajar en casa si estás bien’. Esto ha llegado como un tren de carga desbocado”, escribió el miércoles.
Los expertos han afirmado que el número relativamente bajo de pacientes previamente infectados por COVID-19 en China y la menor eficacia de sus vacunas de virus inactivados ampliamente utilizadas contra la infección por Ómicron, en comparación con las cepas anteriores y las vacunas de ARNm, podrían facilitar la rápida propagación del virus.
“Las cepas actuales se propagarán más rápidamente en China que en otras partes del mundo, porque esas otras partes del mundo tienen cierta inmunidad contra la infección por oleadas anteriores de cepas anteriores de ómicron”, afirmó Ben Cowling, catedrático de epidemiología de la Universidad de Hong Kong.
El impacto
El alcance de la enfermedad grave o la muerte en los brotes de COVID-19 suele tardar en salir a la luz, pero hay indicios de su impacto en el sistema sanitario: las autoridades de Beijing instan a los pacientes que no estén gravemente enfermos a no acudir a los servicios de urgencias.
Los principales hospitales de la ciudad registraron 19.000 pacientes con síntomas de gripe entre el 5 y el 11 de diciembre, más de seis veces más que la semana anterior, según informó el lunes un funcionario sanitario.
El número de pacientes que visitaron las clínicas de fiebre fue 16 veces mayor el domingo que la semana anterior. En China, donde no existe un sistema de atención primaria sólido, es habitual acudir al hospital por enfermedades leves.
Hasta ahora, sin embargo, solo había 50 casos graves y críticos en los hospitales, la mayoría de los cuales tenían problemas de salud subyacentes, dijo Sun Chunlan, alto funcionario encargado de la gestión de COVID en China, durante una inspección de la respuesta a la epidemia en Beijing este martes.
“En la actualidad, el número de nuevos infectados en Beijing está aumentando rápidamente, pero la mayoría son casos asintomáticos y leves”, dijo Sun, que también pidió que se establecieran más clínicas de fiebre y aseguró que se estaba aumentando el suministro de medicamentos, que se han visto afectados por un aumento de las compras en los últimos días.
El destacado médico de Shanghai Zhang Wenhong advirtió que los hospitales debían hacer todo lo posible para garantizar que los trabajadores sanitarios no se infectaran tan rápidamente como la población de las comunidades a las que atienden.
Tal situación podría provocar escasez de personal médico e infecciones entre los pacientes, afirmó, según informan los medios de comunicación locales.
La preocupación por la escasez y el acceso a los medicamentos y la atención sanitaria ha sido palpable en el debate público, incluso en las redes sociales. Allí, el relato de una reportera de Beijing sobre su estancia en un hospital temporal para recibir tratamiento por el COVID-19 desató una tormenta en las redes sociales, con un hashtag relacionado que obtuvo más de 93 millones de visitas en la plataforma china Weibo, similar a Twitter, desde el lunes.
Los usuarios de las redes sociales se preguntaron por qué la reportera, que mostró su habitación de dos camas y el acceso a medicamentos para la fiebre en una entrevista en video publicada por su empleador, la emisora de radio y televisión de Beijing, el domingo, recibía ese tratamiento mientras otros lo pasaban mal.
“¡Impresionante! Una joven reportera consigue un espacio en un hospital temporal y toma Ibuprofeno líquido para niños que es difícil de encontrar para los padres en Beijing”, decía un comentario en tono sarcástico, que obtuvo miles de “me gusta”.
Otra respuesta popular se quejaba de que “la gente común” se queda en casa con niños y ancianos con fiebre alta. “¿Podrían darme (su) cama si llamo (al hospital)?”, preguntaba el usuario de Weibo.
Ante el temor al virus, los residentes se han apresurado a comprar duraznos en conserva, siguiendo los rumores de que este fruto lleno de vitamina C podría prevenir o tratar el COVID. Desde entonces, los medios de comunicación estatales chinos han advertido a la gente que la fruta en conserva no es un remedio contra el COVID ni un sustituto para la medicina.
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