Diversos estudios han analizado los beneficios metabólicos y cardiovasculares que entrega el jugo de arándano. Debido a sus resultados mixtos, investigadores del King’s College de Londres se propusieron descubrir la verdad tras ello.
Con un enfoque muy específico, analizaron el efecto del polvo de arándano -no el de jugo- sobre la función vascular en hombres sanos de mediana edad.
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Reclutando a 45 hombres, la mitad de los voluntarios bebieron 4,5 g de polvo de arándano liofilizado dos veces al día, mientras que la otra mitad recibió polvo de placebo.
Analizando la dilatación mediada por flujo (FMD), midieron con un ultrasonido la fiebre aftosa, un biomarcador de la salud cardiaca que cuando se encuentra en niveles bajos se asocia a un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
“Los aumentos de polifenoles y metabolitos en el torrente sanguíneo y las mejoras relacionadas en la dilatación mediada por el flujo después del consumo de arándanos enfatizan el importante papel que los arándanos pueden desempeñar en la prevención de enfermedades cardiovasculares“, detalló Ana Rodríguez-Mateo, coautora del estudio.
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El hallazgo interesante que descubrieron es que el patrón de metabolitos observados en la muestra de sangre fue diferente luego de un mes de consumo de arándanos, en comparación al patrón detectado durante la primera dosis.
“Nuestros hallazgos brindan evidencia sólida de que los arándanos pueden afectar significativamente la salud vascular, incluso en personas con bajo riesgo cardiovascular (…) Indica además que los metabolitos específicos presentes en la sangre después del consumo de arándanos están relacionados con los efectos beneficiosos”, explicó Christian Heiss, co-autor del estudio y académico de la Universidad de Surrey.
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