Chile es reconocido mundialmente por su producción de vinos, pero acceder a uno de alta calidad puede costar en ocasiones bastante dinero. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Basilea revelaron una forma para mejorar el sabor del vino barato: mentir sobre su precio.
Los expertos suizos descubrieron que el vino económico se percibe como más agradable cuando nos dicen que es caro. Para llegar a este resultado les dieron a probar tres vinos tintos a un grupo de voluntarios, uno de ellos era económico, otro costoso y el tercero tenía un valor intermedio.
No obstante, los precios de estos líquidos estaban marcados de forma incorrecta. Tras ser consumido por los 140 participantes, de los cuales ninguno era experto en vinos, el producto más económico con un valor engañosamente alto fue considerado como el más agradable de los tres.
Tras estos hallazgos el equipo señaló que las etiquetas de precio pueden ser poderosas herramientas de marketing. “Las empresas vinícolas son inteligentes (…) Ellos saben que, si encarecen el vino, sabe mejor, y apuntan a eso”, señaló a The Times Jens Gaab, uno de los investigadores.
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Los expertos recalcaron que la distorsión de los valores puede hacer que el sabor de un vino barato sea más apetecible, pero no puede lograr que uno excepcional tenga un gusto menos agradable, ya que la rebaja engañosa del vino de alto precio no tuvo ningún efecto en las calificaciones de agrado.
“La experiencia subjetiva del vino también parece estar en el precio, ya que existe un mayor agrado por los que son económicos cuando se le proporciona un valor falso más alto”, escribieron los expertos en su estudio publicado en la revista Food Quality and Preference.
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