Un nuevo estudio publicado en la revista Language and Cognition, liderado por Şeyda Özçalışkan, psicóloga de la Universidad Estatal de Georgia en Atlanta, sugirió la existencia de un sistema universal de comunicación no verbal que cobra vida cuando gesticulamos sin hablar.
La investigación se enfocó en niños de 3 a 12 años y tuvo como objetivo comprender cómo el lenguaje afecta la forma en que las personas piensan, construyen y expresan ideas, incluso cuando no están hablando en voz alta, centrándose en sus gestos.
¿Qué tan importante son los gestos al momento de comunicarse?
Los gestos son una forma de comunicación no verbal que también incluye lenguaje corporal, postura, contacto visual y expresiones faciales, los cuales pueden indicar cómo se sienten las personas. Es por esto que en el estudio, se pidió a 100 niños que describieran una acción con palabras y movimientos de manos, y luego que describieran la misma acción sin hablar, solo usando sus manos (conocido como gesto silencioso).
La mitad de los niños eran hablantes nativos de inglés, y los otros 50 niños hablaban turco como su primera lengua. Esta elección permitió comparar cómo los hablantes de cada idioma describían eventos, ya que el turco y el inglés difieren en este aspecto.
Cuando los niños hablaban y gesticulaban al mismo tiempo, sus gestos seguían las convenciones de su lengua materna: los niños que hablaban turco organizaban sus gestos de la misma manera que lo harían con una oración, mientras que los niños que hablaban inglés compactaban los suyos en un solo movimiento.
Sin embargo, al describir las mismas escenas sin hablar, las secuencias de los gestos de las manos de los niños eran sorprendentemente similares.
Estos patrones específicos del idioma aparecieron en niños de tan solo 3 y 4 años, sugiriendo que el lenguaje puede influir en las representaciones no verbales de eventos a una edad temprana.
Los hallazgos sugieren la posibilidad de que todos compartamos algún sistema rudimentario de comunicación no verbal que se anula o modifica una vez que comenzamos a aprender el lenguaje. Aunque se necesita más investigación para respaldar esta afirmación, la idea es intrigante y merece exploración.
Deja tu comentario