Cómo el estudio del ARN ayudó a fabricar vacunas en un tiempo récord

Por primera vez en la historia, la humanidad logró crear vacunas en poco menos de un año. Los esperanzadores medicamentos usan el material genético del virus para combatirlo. 

Este método que se conoce como “ARN mensajero” (ARNm, y que está siendo utilizado actualmente por las vacunas de Pfizer y Moderna, es una técnica que lleva perfeccionándose más de 30 años en el campo de la medicina. 

Los primeros en utilizarlo fue un equipo del departamento de Pediatría de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos), quienes publicaron en la revista Science, demostrando que una inyección del ARNm causaba que las células del cuerpo aprendieran a leer los genes que incluía el compuesto.

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Y para hacer que la corroboración del experimento fuera más evidente, los científicos utilizaron una proteína llamada luciferasa, conocida por hacer brillar a las luciérnagas, la cual se introdujo en las células de las ratas que fueron partícipes del experimento.

Actualmente las vacunas de Pfizer y Moderna contienen la llamada “proteína espina” del SARS-CoV-2, lo que entrena a nuestro sistema inmune para detectar de antemano al peligroso coronavirus. 

¿Cómo funciona?

Los grandes avances en el campo de esta vacuna se crearon a lo largo de la última década, debido a que las inoculaciones ARNm contaban con varias ventajas importantes sobre sus competidoras, por lo que fueron investigadas en profundidad. 

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Según reporta El País, las vacunas de ARNm no son sólo más baratas de producir, sino que también más seguras – utilizando material genético poco infeccioso y de corta vida, diseñado para que el cuerpo lo degrade de forma rápida y controlada. 

Esta técnica de fabricación habría sido perfeccionada en 2018 – algo que podría salvarnos cuando se trate de nuevas pandemias, las cuales según expertos, fácilmente podrían ocurrir en un futuro cercano.