(CNN) – Dejar crecer la barba puede parecer inofensivo en lo que respecta a las tendencias pandémicas. Sin embargo, para algunos, la decisión de renunciar al afeitado podría afectar a un método crucial para poner fin a la actual crisis.
Una parte importante del uso de mascarillas faciales para reducir el riesgo de contraer o propagar el COVID-19 es que esta se ajuste bien. Dependiendo de la longitud y grosor de la barba, expertos sostienen que puede reducir la efectividad de ellas al crear más espacio entre la cara y la protección.
Cualquier apertura “aumenta la posibilidad de que haya un virus que llegue a los orificios, lo que obviamente puede provocar la enfermedad“, manifestó la Dra. Mona Gohara, profesora clínica asociada de dermatología en la Facultad de Medicina de Yale.
El uso de mascarillas no previene totalmente la infección, pero puede ayudar a limitar la propagación de gotitas respiratorias potencialmente cargadas de virus entre las personas. El uso de este implemento puede reducir la cantidad de nuevas infecciones en casi un 50%, según un estudio de diciembre de 2020.
Lo que la investigación nos dice y lo que no nos dice
Se han realizado análisis sobre si las barbas acumulan, albergan o arrojan más o menos bacterias que los rostros desnudos. Pero esa investigación no fue concluyente y sobre bacterias parece haber muy poca investigación, si es que hay alguna, sobre si las barbas albergan o arrojan más o menos virus.
Sin embargo, dada la evidencia que señala que “no estar protegido adecuadamente con estos implementos y el distanciamiento social incrementa el riesgo de coronavirus (…) si su mascarilla facial no le queda bien, entonces está aumentando su riesgo“, añadió Gohara.
Los trabajadores de la salud a menudo usan mascarillas y saben que el vello facial es un impedimento para el uso adecuado de esta protección. Lo que comúnmente revela el problema es cuando los ajustes de los profesionales médicos para las mascarillas N95 no tienen éxito debido a la barba.
Algunos estilos de vello facial no se recomiendan porque probablemente interfieren con el sello de un respirador (que presiona la cara) o porque el cabello podría interferir con la válvula de exhalación (que facilita la respiración), según una infografía de 2017 de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
“Si una mascarilla puede cubrir completamente una barba, no debería haber ningún problema. De lo contrario, es probable que este vello cree un pequeño espacio entre la piel del rostro y la máscara, a menos que se abroche bien”, señaló Qingyan Chen.
Chen, quien es profesor de ingeniería mecánica de la Universidad de Purdue, ubicada en Indiana, recalcó que “el pequeño espacio crearía una fuga para que el aire entre por la nariz al inhalar y para que el aire con virus vaya a los alrededores cuando se exhale“.
¿Por qué es difícil desprenderse de las barbas?
Algunas personas con barba pueden haber usado el mismo estilo por años y encuentran que ello es parte importante de su autoexpresión e imagen. Sin embargo, no siempre es una cuestión de estilo o preferencia personal, ya que puede ser parte de una creencia religiosa.
Los problemas de la piel también pueden ser un factor en las decisiones sobre el vello facial. Los hombres de color, en particular los negros, son más propensos a experimentar inflamación, protuberancias y vellos encarnados después del afeitado, explicó Gohara.
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“Expertos en enfermedades infecciosas dirán que, si puedes eliminar el vello facial, o al menos recortarlo para que quepa dentro de los límites de la máscara, entonces es aconsejable (…) Tienen que haber soluciones para quienes afeitarse no es una opción”, recalcó.
Cómo pueden coexistir las máscaras y el vello facial
Si afeitarse completamente la barba no es adecuado para usted, existen alternativas que pueden no comprometer la seguridad como recortar la barba o usar un estilo diferente, como una perilla. Además, algunas empresas en línea venden máscaras extra grandes que se ajustan a la barba y al cuello.
Asimismo, puede unirse a la tendencia del doble enmascaramiento, comenzando por usar una mascarilla N95 o las quirúrgicas “que crean un poco más de seguridad y rigidez”, detalló Gohara. Estas se acompañan de otra que se coloca sobre la barba, ajustándose a la mandíbula o el cuello y se asegura colocando las correas tras las orejas o atándolas detrás de la cabeza.
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