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Los consumidores de cigarrillos electrónicos o los denominados vaper están aumentando en todo el mundo, siendo el público más joven quien lo consume con más frecuencia.
Hace algunas semanas, un estudio realizado por la Universidad Johns Hopkins señaló que esos cigarrillos poseen unas 2 mil sustancias químicas desconocidas en sus líquidos y aerosoles, de los cuales se identificaron compuestos químicos potencialmente dañinos para las personas.
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Si bien ya conocemos estos efectos negativos, un equipo de la Facultad de Salud Pública y Ciencias de la Longevidad Humana Herbert Wertheim de la Universidad de California en San Diego y UC San Diego Moores Cancer Center se dedicaron a investigar si una persona que fume tabaco tradicional puede hacer una transición al vaper sin tener recaídas.
“Nuestros hallazgos sugieren que las personas que dejaron de fumar y cambiaron a cigarrillos electrónicos u otros productos de tabaco en realidad aumentaron su riesgo de volver a fumar durante el próximo año en 8.5 puntos porcentuales en comparación con aquellos que dejaron de usar todos los productos de tabaco”, explicó John P. Pierce, profesor del Centro Oncológico Moorres de UCSD y autor principal del estudio.
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El seguimiento anual -por dos años- de 13.605 fumadores entre 2013 y 2015 demostró que pasar de fumar cigarrillos convencionales a uno electrónico no ayuda a que la persona deje de fumar. Esto porque cada cierto período tiene recaídas y deja de lado los vapers.
“Si cambiar a los cigarrillos electrónicos era una forma viable de dejar de fumar cigarrillos, entonces aquellos que cambiaron a los cigarrillos electrónicos deberían tener tasas de recaída mucho más bajas al fumar cigarrillos. No encontramos evidencia de esto“, manifestó Pierce.
El estudio completo fue publicado en la revista JAMA Network Open.
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