Desde tiempos antiguos que las mujeres han afirmado cambios en sus patrones de sueño durante el ciclo menstrual, y ahora la ciencia ofrece una explicación convincente. Según una investigación reciente, la hormona progesterona, clave en el sistema reproductivo femenino, desempeña un papel significativo en la intensidad y calidad del sueño durante diferentes etapas del ciclo.
La Dra. Theresa Schnorbach, experta en sueño de Emma, señala que la progesterona alcanza su punto máximo de producción durante la fase lútea, que precede al período menstrual. Durante esta fase, los niveles más altos de progesterona provocan un aumento en la somnolencia y pueden dificultar la calidad del sueño. Sin embargo, el Dr. Schnorbach también explica que la fase folicular, anterior a la fase lútea, está asociada con una mejor termorregulación y calidad del sueño, gracias a los niveles elevados de estrógeno.
La interacción de la progesterona con el sistema nervioso central también desempeña un papel crucial. Esta hormona aumenta la potencia del ácido gamma-aminobutírico (GABA), un neurotransmisor que inhibe la actividad nerviosa y prepara el cuerpo para dormir. Como resultado, las mujeres pueden experimentar una mayor sensación de sueño durante la fase lútea.
Además, se ha descubierto que la progesterona está relacionada con los “husos de sueño”, breves episodios de actividad cerebral durante el sueño que son esenciales para la consolidación de la memoria. Estudios han demostrado que las mujeres en la fase lútea muestran una mejor capacidad de memoria durante el sueño en comparación con aquellas en la fase folicular.
Ante estos hallazgos, los expertos sugieren medidas para optimizar el descanso durante el ciclo menstrual. Se recomienda priorizar el sueño, asegurando al menos 8 horas de descanso diario, así como no pasar por alto la necesidad de siestas cuando sea necesario. La práctica de la relajación y la meditación también puede ser beneficiosa para mantener el bienestar emocional, especialmente durante los períodos menstruales.
Por último, se destaca la importancia de la actividad física como parte de la rutina diaria. El ejercicio regular no solo aumenta la energía durante el día, sino que también promueve un mejor sueño durante la noche.
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