El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta la memoria y con el tiempo, la habilidad de llevar a cabo las tareas más sencillas. Este trastorno neurológico es un desafío para la ciencia y un grupo de científicos de la Universidad del Bío-Bío (UBB) puso su mirada en los hongos como posible solución.
Durante 12 días, los investigadores del Departamento de Química viajarán a la región más austral de Chile para encontrar especies que retrasen el inicio de esta y otras enfermedades como el Parkinson.
“Se ha demostrado que algunos hongos de zonas prístinas y condiciones extremófilas de la Antártica tienen un alto potencial de ejercer un efecto neuroprotector”, señaló a La Tercera, Jaime R. Cabrera, doctor en Química Orgánica de la Universidad de Chicago.
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De acuerdo a dicho medio, las muestras se irán procesando en el laboratorio microbiológico de la Base Científica Profesor Julio Escudero, que es administrada por el Instituto Antártico Chileno (INACH).
Luego con los hongos extremófilos aislados en la Antártica, se realizará un estudio de secuencia genética y así compararlos con la base mundial de datos Genbank.
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El objetivo es encontrar potenciales tratamientos para estas y otras enfermedades neurodegenerativas.
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