(CNN) – La luna dicta los empujones y tirones de las mareas, pero también podría afectar nuestro sueño.
Mientras nos dirigimos hacia la primera luna llena del año este jueves por la noche, tome nota: En los días previos a este fenómeno la gente se acuesta más tarde y duerme menos, según un estudio publicado en Science Advances.
En promedio, los participantes se fueron a la cama 30 minutos más tarde y durmieron 50 minutos menos las noches antes de la luna llena, sostuvo el coautor del estudio Horacio de la Iglesia, profesor de la Universidad de Washington en Seattle.
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Los expertos equiparon a cada participante con un monitor de sueño para rastrear sus horarios en el transcurso de uno o dos ciclos lunares (cada ciclo tarda 29,5 días en completarse). En el estudio participaron 98 personas de tres comunidades indígenas Toba, también conocidas como pueblo Qom, en Argentina.
La luz de la luna después de la puesta del sol es brillante en los días previos a la luna llena, manifestó el coautor del estudio Leandro Casiraghi, académico postdoctoral en el departamento de biología de la Universidad de Washington.
“Creemos que esta regulación tendría como objetivo aprovechar esas noches de luna, que pueden ser buenas para actividades seguras al aire libre como la caza o la pesca, o para participar en interacciones sociales con otros grupos”, dijo Casiraghi.
Una comunidad no tenía electricidad, otra tenía algún acceso y la tercera tenía accesibilidad total. Independiente de esta realidad, había un patrón fuerte que mostraba que todos se iban a la cama más tarde y dormían menos en los días previos a la luna llena.
En la comunidad urbana, los participantes se acostaron incluso más tarde y durmieron menos que los participantes de áreas rurales. Casiraghi señaló que estaba sorprendido de que los habitantes de la ciudad se vieran afectados porque planteó la hipótesis de que solo las personas de las lugares rurales se verían afectadas por las fases lunares.
“El hecho de que esta modulación estuviera presente incluso en comunidades con pleno acceso a la luz eléctrica sugiere que estos efectos están mediados por algo más que la propia luz de la luna“, destalló el experto.
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Después de recopilar datos sobre el sueño de las comunidades Toba/Qom, los investigadores compararon sus resultados con los datos del sueño que se recopilaron de 464 estudiantes de Seattle para otro estudio y encontraron el mismo patrón de sueño.
La biología de las personas y los patrones sociales de una comunidad también podrían desempeñar un papel en el ciclo del sueño encontrado en esta investigación, dijo el Dr. Vsevolod Polotsky, director de Investigación Básica del Sueño y profesor de la Escuela de Medicina Johns Hopkins, que no participó en el estudio.
El sueño de las personas está controlado por nuestro ritmo circadiano, un reloj interno que regula el sueño durante un período de aproximadamente 24 horas, pero algunas personas podrían tener relojes internos más largos, destacó Polotsky.
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Un excelente ejemplo de cómo el cuerpo humano se regula a sí mismo durante un período de tiempo más largo es el ciclo menstrual de una mujer, señaló, que dura aproximadamente un mes. Otros mamíferos tienen horarios de sueño estacionales e hibernan durante meses, sostuvo.
Los calendarios sociales también podrían afectar los horarios de sueño de una persona, acotó, como irse a la cama más tarde o dormir más los fines de semana.
Para quienes tienen problemas para conciliar el sueño, de la Iglesia recomendó evitar luces brillantes y pantallas durante la noche y ser especialmente proactivos antes de la luna llena, cuando “la mayoría de las personas están predispuestas a tener un inicio de sueño retrasado y más corto”.
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