Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020, cerca del 22,3% de la población mundial consumía tabaco. En el caso de nuestro país, según estadísticas de la Clínica Alemana, el 40% de los mayores de 15 año consume tabaco. Las consecuencias de esta peligrosa de esta adicción ya están bien comprobadas, ya que los cigarrillos están fuertemente relacionados con la posibilidad de padecer diferentes tipos de cáncer.
Es por lo mismo que gran parte de la población adicta al tabaco tiene como meta, en algún momento de su vida, dejar de fumar. Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Innsbrucck, publicado en la revista Psychopharmacology, descubrió una nueva técnica para combatir los antojos provocados por el tabaquismo: caminar.
Caminar para abandonar el tabaco
Todos sabemos que abandonar una sustancia adictiva no es tarea fácil. Con antojos intensos y síntomas de abstinencia que incluyen mal sueño, dificultad para concentrarse e irritabilidad, menos de uno de cada 10 fumadores adultos logra dejar de fumar con éxito cada año.
Es por lo mismo que los científicos detrás de esta nueva investigación, decidieron encontrar técnicas que ayuden a ser más llevadero el proceso de dejar de fumar, explorando el impacto potencial tanto del ejercicio en interiores como al aire libre.
Al respecto, Stefanie Schöttl, principal autora del estudio, señaló: “Hay varios estudios sobre el efecto de las sesiones de ejercicio en interiores en fumadores temporalmente abstinentes; sin embargo, el nuestro es el primero en incluir actividad al aire libre”.
El equipo de investigación asignó al azar a 16 fumadores a tres grupos, solicitándoles que se abstuvieran de fumar durante la noche. Posteriormente, los participantes realizaron una caminata enérgica al aire libre durante 10 minutos, otra en una cinta de correr en interiores, o simplemente permanecieron sentados durante el mismo período de tiempo. Los voluntarios debían informar sobre sus antojos, síntomas de abstinencia y estado de ánimo antes, durante y después de estas intervenciones, así como registrar cuándo fumaron su próximo cigarrillo.
Comparando con aquellos que permanecieron sentados, aquellos que realizaron breves sesiones de ejercicio, ya sea en interiores o al aire libre, redujeron significativamente los antojos y los síntomas de abstinencia, al tiempo que mejoraron el bienestar. Es importante destacar que estas mejoras se observaron durante la sesión, y no después.
Aun así, aquellos que caminaron mostraron diferencias cruciales al momento de encender su “próximo cigarrillo”. Mientras que el grupo en interiores esperó un promedio de 17 minutos, el grupo al aire libre esperó 26 minutos. Aunque esta diferencia sugiere la posibilidad de que el ejercicio al aire libre pueda ser más beneficioso, Martin Kopp, coautor del estudio, advirtió que “esta es una tendencia que aún debe ser verificada en futuros experimentos”. Es por lo mismo que el experto propuso que ajustar la duración o intensidad de las caminatas podría influir en este resultado.
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