A nivel mundial, la calidad del esperma humano ha caído a la mitad en medio siglo

En 50 años, la concentración promedio de espermatozoides cayó de un estimado de 101,2 m por ml a 49,0 m, según reveló un estudio publicado en la revista Human Reproduction Update.

El equipo internacional, que analizó 223 estudios basados ​​en muestras de esperma de más de 57 mil hombres en 53 países del mundo, señala que los datos son alarmantes y apuntan a una “crisis de fertilidad que amenaza la supervivencia de la humanidad“.

“Este análisis integral de metarregresión informa una disminución significativa en el conteo de espermatozoides (…) entre 1973 y 2011, impulsada por una disminución del 50% al 60% entre los hombres no seleccionados por fertilidad de América del Norte, Europa, Australia y Nueva Zelanda“, se lee en el documento. Se trata de la segunda parte de una investigación que incluye siete años adicionales de recopilación de datos (2011-2018) y se centra en regiones no revisadas con anterioridad, en específico América del Sur, Asia y África.

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“Creo que esta es otra señal de que algo está mal en el mundo y que debemos hacer algo al respecto. Así que sí, creo que es una crisis que es mejor que abordemos ahora, antes de que llegue a un punto de inflexión que puede no ser reversible”, dijo el profesor Hagai Levin, investigador principal de la Universidad Hebrea de Jerusalén a The Guardian.

Espermatozide.

El conteo de espermatozoides no es solo un indicador de la fertilidad humana, también es un indicador de la salud de los hombres, ya que los niveles bajos se asocian con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, cáncer testicular y una menor esperanza de vida.

Aunque el estudio no examinó las causas de la disminución del conteo de espermatozoides, Levine señaló que investigaciones recientes que indican que las alteraciones en el desarrollo del tracto reproductivo durante la vida fetal están relacionadas con el deterioro de la fertilidad a lo largo de la vida y otros marcadores de disfunción reproductiva. Además, Levine explicó que “las opciones de estilo de vida y los productos químicos en el medio ambiente están afectando negativamente este desarrollo fetal“.

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