La etapa escolar es una época importante en el desarrollo de la personalidad de los niños y niñas, pero lamentablemente, los episodios de bullying son frecuentes tanto en la etapa infantil como en la adolescentes.
Esto provoca graves efectos en la salud mental de los niños y niñas y, con la explosión de las redes sociales y la actual pandemia de COVID-19, la situación no ha disminuido.
Así lo reveló un estudio anual realizado por la ONG internacional Bullying Sin Fronteras, el que indicó que entre marzo de 2020 y marzo de 2021 se observó un 40% de aumento en las denuncias de maltrato en colegios chilenos.
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Si bien siempre se ha apuntado a los compañeros de colegio y/o universidad como los responsables de los problemas de salud, una nueva investigación detalla que el acoso provocado por los hermanos o hermanas también influye en las futuras consecuencias de la salud mental.
“Si bien el acoso entre hermanos se ha relacionado anteriormente con resultados de salud mental deficientes, no se sabía si existe una relación entre la persistencia del acoso entre hermanos y la gravedad de los resultados de salud mental a largo plazo”, detalló el Dr. Umar Toseeb, autor principal del estudio y profesor del Departamento de Educación de la Universidad de York, en Reino Unido.
Para encontrar respuesta, analizaron los datos de más de 17 mil voluntarios y descubrieron que a medida que aumentaba el acoso en una edad temprana, propiciaba una gravedad en los resultados de su salud mental en la adolescencia tardía.
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¿Acosado o acosador? Entre los resultados, descubrieron que aquellos que intimidaban a sus hermanos, pero no eran acosadores en el colegio, tuvieron peores resultados en su salud mental al pasar los años.
Finalmente, el estudio, publicado en Journal of Youth and Adolescence, entrega una serie de sugerencias para promover la salud mental positiva desde los 11 años, para beneficiar la reducción del acoso entre hermanos.
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