Junto al distanciamiento físico y el uso de mascarillas, la higiene de las manos es una de las principales medidas para evitar la propagación del nuevo coronavirus. Ante la ausencia de jabón y agua, el desinfectante de manos en base a alcohol ofrece una alternativa segura para realizar esta acción.
En diversos lugares es posible encontrar dispensadores de este elemento. Sin embargo, y a pesar de sus beneficios, un nuevo estudio reveló que en Francia hubo un aumento en el número de casos de niños con lesiones químicas luego de que accidentalmente recibieran desinfectante en los ojos.
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Los expertos usaron datos del Centro Francés de Control de Envenenamientos y encontraron que hubo siete veces más casos de menores que se lastimaron los ojos entre abril y agosto del 2020, en comparación con el mismo período del año anterior.
De acuerdo con los datos del centro, en 2019, este elemento representó solo el 1,3% de todos los accidentes de exposición ocular a químicos. A fines del 2020, esa cifra ascendió al 9,9%.
Todos los casos hospitalarios fueron de niños menores de 4 años. Los expertos explicaron que esto pudo deberse a que los dispensadores de gel generalmente tienen 1 metro de altura, lo cual suelen ser el nivel en el que están los ojos de los niños pequeños.
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“Con el uso generalizado actual de desinfectante de manos en lugares públicos, no es de extrañar que los niños pequeños se sientan atraídos por estos dispensadores”, sostuvo el Dr. Kathryn Colby miembro de la Universidad de Nueva York en un comentario que acompañó la investigación.
Los expertos recalcaron que esto no es un llamado a evitar el uso, sino una invitación a reforzar el cuidado. “A pesar de la importancia de los desinfectantes a base de alcohol para controlar la propagación del virus estos deben usarse con precaución y probablemente mantenerse alejados de los niños pequeños”, señalaron en el estudio.
“Para mantener un buen cumplimiento público con la desinfección de manos, estos hallazgos instan a las autoridades de salud a que garanticen el uso seguro de este tipo de dispositivos y advertir a los padres sobre el peligro potencial para los niños”, detallaron.
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Los autores de la investigación señalaron que estudio es una revisión a la realidad nacional francesa y puede “no reflejar la epidemiología de otros países”. “Se necesitan más informes internacionales para confirmar la tendencia que observamos”, añadieron.
Finalmente, otorgaron una serie de recomendaciones, tales como enseñar a los niños a usar adecuadamente estos desinfectantes, tener dispensadores separados y a menor altura para ellos, además de la presencia de ilustraciones informativas que promuevan la precaución.
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