Cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama como una forma de recordar la importancia que tiene la detección precoz de esta afección, para mejorar el pronóstico y la supervenía de las mujeres.
Hasta hace no mucho, el cáncer de mama se asociaba principalmente a mujeres mayores de 50 años, pero la realidad ha cambiado. En los últimos años, los factores de riesgo han evolucionado, y la detección de esta enfermedad en mujeres menores de 40 años se ha vuelto más frecuente.
En Chile, esta enfermedad representa un desafío significativo, con tasas de mortalidad de 8.5 por cada 100,000 habitantes en 2020, convirtiéndose en la principal causa de muerte en mujeres.
Pero, ¿qué implica este diagnóstico en mujeres sub40 y cómo se puede prevenir?
1. Agresividad y recurrencia
La Dra. Rocío Guerra de Clínica Dávila Vespucio destaca que el cáncer de mama en mujeres jóvenes tiende a ser más agresivo. Además, las pacientes que sobreviven a esta enfermedad enfrentan el riesgo de recurrencia a lo largo de su vida. Esto subraya la necesidad de un seguimiento constante y evaluación de perfiles moleculares para detectar posibles reapariciones.
2. Diagnóstico tardío y variantes agresivas
El diagnóstico en etapas avanzadas es común en mujeres jóvenes, ya que rara vez son el grupo objetivo de las mamografías de detección. La Dra. Marcia Valenzuela de Clínica Santa María menciona que los tumores a menudo son de variantes biológicas más agresivas, como el triple negativo o el her2, lo que complica aún más el tratamiento.
3. Conciencia y accesibilidad a exámenes
A pesar de los desafíos, la Dra. María Paz González de Clínica Biobío destaca que hoy en día, las mujeres jóvenes están más conscientes y tienen acceso a exámenes. La conciencia temprana y la detección son fundamentales para abordar esta enfermedad.
4. Fertilidad y cáncer de mama
El Dr. Claudio Rath de Clínica Ciudad del Mar señala que la quimioterapia a una edad cercana a los 40 años puede inducir infertilidad, lo que debe considerarse al diagnosticar esta enfermedad. Para muchas pacientes que postergan la maternidad, el cáncer puede debutar en un momento crucial sin una decisión sobre la fertilidad.
5. Prevención y educción de riesgos
Aunque el cáncer de mama no es completamente prevenible, la Dra. Marcela Amar de Clínica Dávila destaca que es posible reducir los riesgos. Factores como el consumo de alcohol, el sobrepeso y el sedentarismo son modificables y pueden contribuir a reducir la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
6. Hábitos Saludables desde la Juventud
La prevención debe comenzar temprano, desde la infancia y la juventud. Establecer hábitos saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular, sueño adecuado y evitar el alcohol y el tabaco, puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama y otras patologías en la vida adulta.
7. Autoexamen y concientización
Aunque el autoexamen no aumenta significativamente las tasas de detección, puede aumentar la conciencia y el cuidado de la salud. Es una herramienta que orienta a las personas a estar más conscientes de su bienestar, aunque las medidas preventivas más efectivas son los cambios en el estilo de vida.
8. Conservación de estudios anteriores
La Dra. de Clínica Biobío subraya la importancia de conservar los estudios anteriores. Comparar las mamografías y ecografías previas puede revelar cambios sutiles que pueden alertar sobre la presencia de una neoplasia incipiente. La prevención y la detección temprana son fundamentales en la lucha contra el cáncer de mama en mujeres jóvenes.
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