¿Nadar en agua fría? Estudio de la Universidad de Cambridge sostiene que podría proteger al cerebro de la demencia

Una buena noticia para quienes gustan de darse duchas o baños de agua helada, reveló una investigación de la Universidad de Cambridge. En sus primeros resultados reflejó que esta acción podría proteger al cerebro de la demencia y otras enfermedades neurodegenerativas.

El descubrimiento fue posible luego de que los expertos analizaran a nadadores invernales del Park Hill Lido ubicado en la ciudad británica de Londres. Tras esto, encontraron la presencia de una proteína llamada RBM3.

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La RBM3, también conocida como Cold-shock (Choque-frío), es una proteína que también producen los mamíferos al hibernar, acción que ocurre por la exposición al frío.

Cuando los animales hibernan se provoca la eliminación de una serie de conexiones cerebrales de la sinapsis. Ya en primavera, estos animales, como por ejemplo los osos, crean otras conexiones sin perder la memoria, lo cual se daría gracias a esta proteína.

La profesora Giovanna Mallucci, quien dirige el Centro del Instituto de Investigación de la Demencia del Reino Unido en la Universidad de Cambridge, sostuvo a la BBC que estos hallazgos demuestran que los seres humanos, al igual que estos animales, pueden producir la proteína.

Asimismo, prevé que este descubrimiento tiene el potencial de guiar el desarrollo de nuevos tratamientos farmacológicos que permitan frenar el avance la demencia.

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Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en todo el mundo actualmente hay alrededor de 50 millones de personas que padecen demencia y recalcan que pese a hay muchas formas de demencia, la forma más común es la enfermedad de Alzheimer.

El organismo internacional proyecta que para el 2030, este número alcanzará una cifra cercana 82 millones y 152 millones en 2050. Si bien las cifras oficiales no son muy auspiciosas, avances como este, que aún se encuentra en una etapa temprana, podría marcar la diferencia.